EL GRABADO: Entre la emoción de la técnica y la paciencia del oficio.
“Os amo grabadores, y comparto vuestra emoción cuando eleváis a la luz, todavía húmedo y delicadamente tomado con la yema de los dedos, un pequeño rectángulo de papel recién salido de entre los rodillos del tórculo. Esta estampa, este recién nacido, hijo de vuestra paciente impaciencia (pues el ser del artista no se puede definir más que por contradicciones), lleva un mínimum de universo, nada, pero esencial ya que supone el todo de la inteligencia.
Paul Valery
Quisiera partir de esta reflexión de Valery que me ha llegado de manera más que oportuna para encontrar un pretexto y escribir acerca de la pasión que tanto en otros artistas como en mí despierta el grabado. Así mismo quisiera dejar constancia de los acontecimientos, que se han dado en Bogotá y Medellín, principalmente, y que han estado acompañados por el esfuerzo de los amantes de este oficio, mediante conversatorios, demostraciones técnicas In Situ con el fin de acercar más al público a la técnica, al oficio y a la obra de los artistas que nos expresamos por medio de esta técnica en sus diversas variantes.
En pocas palabras un grabado es una la impresión de una placa o matriz trabajada en madera, linóleo, acrílico, metal, etc. que se obtiene principalmente cuando esta es entintada y por medios mecánicos se pasa la tinta dispuesta en la matriz o matrices a una superficie, principalmente de papel. Son muchas las horas, a veces días, invertidos por el artista entes de poder levantar el papel y ver el resultado de su trabajo: La estampa.
La estampa es una impresión original pues el grabado es un original múltiple y este carácter de multiplicidad no le confiere una menor valía. Durante muchos años en el medio, el grabado ha sido considerado como un arte menor, en ello, a veces tenemos culpa los mismos artistas cuando nos referimos a un grabado como una “copia”, tal vez sin ser concientes del sentido implícito que tiene la palabra misma. Un ejemplar de un grabado, siempre será una obra de arte original, que no puede ni debe ser comparada con la pintura u otra manifestación artística.
La emoción a la que hace alusión Valery es un sentimiento incomparable y que se da cada que el artista levanta el papel tras la primera impresión de una de sus placas, no importa cuantas placas haya grabado, ni cuantos años lleve en ello. La emoción será ese sentimiento que siempre acompañe al artista grabador. Pues se traduce en un instante mágico en el que tras muchas horas, por fin se ve el resultado del trabajo del dibujo, de los ácidos, de las puntas y los diversos rayados, etc., transferidos al papel.
Con el nacimiento de la imprenta en la edad media, se vio la necesidad de reproducir imágenes para acompañar los textos, fué así como los primeros grabados tenían un fin de reproducción y divulgación más allá de cualquier pretensión artística: los grabados eran básicamente utilizados para ilustrar textos y acontecimientos de la época.
En los últimos decenios el grabado ha adquirido una autonomía y grados de expresión incomparables a otras técnicas, ha dejado de ser un trabajo de mera reproducción para adquirir su propio estatus en el mundo del arte. Es quizás la obra gráfica la que desde su nacimiento ha crecido y se ha nutrido de todos los adelantos técnicos y tecnológicos de las diferentes épocas tal vez más que ninguna otra, confiriéndole a la técnica una gran riqueza expresiva al incorporarlos de forma casi natural. La fotografía, las fotocopias, heliografías, la imagen digital, la tecnología láser, etc., en su momento han contribuído al desarrollo de las diversas técnicas.
El grabado, hoy también se percibe como una técnica que muchos ven como contradictoria, en el sentido de que en los tiempos actuales donde todo está signado por la celeridad y el movimiento, algo que no este relacionado con la inmediatez no tiene sentido pues la velocidad prima por sobre otras cosas, es en este sentido que pareciera que aquel que hace grabado va en “Contravía” de los tiempos actuales. Pero precisamente, el grabado permite a los artistas sustraerse de estos avatares y sumergirse en el trabajo de una o varias placas y dar otro sentido desde la paciencia del oficio a este mundo con una mirada un tanto más reflexiva
Carlos Marín (2009)..aparte de artículo publicado en El Colombiano.